

Lunes 26 de diciembre
Por lo general, entre nosotros, las salidas no se ciñen estrictamente a lo que indica el reloj. Habíamos pactado salir de San Felipe a las 10 de la mañana: en verdad traspusimos los límites a las 11 y media. Ismerda tuvo tiempo para ser bastante precisa y diligente con el equipaje, ubicando unos pantalones que yo tenía tiempo no veía, surciendo por aquí, reponiendo un botón allá... prefirió un Hasta luego de emoción contenida y marcharse antes que llegara Jorge a buscarme. Se llevó a Radi y llegado el momento Cherry me ayudó a cargar las cosas.
Se confirmó lo que había anunciado Anny: la pequeña Arantxa, de 2 añitos, iba con niosotros en el viaje. Buscamos unas cosas de última hora, y arrancamos. Por la vía todo fue la cháchara trivial, y comer y beber. Hasta que llegamos a Caseteja, donde despertamos de las fantasías. Un fiscal de tránsito paró el camión, dijo algunas cosas a Jorge y éste llegó a nosotros con gran ira: el uniformado le dijo que este camión lo había pasado imprudentemente en la autopista... nosotros no vimos ninguna moto ni a ese funcinario por la via, pero igualmente estaba pidiendo a Jorge 180 bolivares para dejarlo circular. La consabida matraca. El hombre recibió lo 100 bolivares que decidio Jorge entregarle, y en gesto de indiferencia devolvió la cédula y se guardó el billete en el bolsillo. Ya tenía detenido tambien a un autobusero.

La imagen de este fiscal no se me quitó de la cabeza, pensando que algo hay que hacer para que estos funcionarios, quienes deberían atender al ciudadano, no atenten en su contra. De eso estuvimos conversando buena parte del trayecto, y para mejorar el ambiente Anny abrio una hallaca y sirvio refresco. Al llegar a un puesto de control en el estado Portuguesa, otro funcionario detuvo al camión, pero de una manera más sumisa preguntó ¿tienes alguito pa los frescos?
Llegamos a las tres de la tarde a ciudad de Barinas. Surtimos de gasolina y nos dirigimos a la Calamuca, donde vive Yasín, hermano de Jorge. Es una casa en construcción, de dos habitaciones con un porche amplio que sirve de cocina. Como patio tiene una gran extensin de terreno, como una pequeña finca. Más me sorprendió la cantidad de muchachitos, no los conté al momento, pero me pereció que eran muchos. Corriendo por todos lados, abrazando a su tio Jorge, halando a Arantxa del bracito: eran muchos. Yo en casa tengo apenas dos muchachos, y cuando causan alboroto son insoportables: hay que imaginar cómo se las verá Yasín. Muy gentil fue Milagros, su compañera y madre de esa gran camada.
De una vez nos fuimos al Paguey, un rio generoso en aguas que dista de La Calamuca como veinte minutos. Ancho y caudaloso, pasamos sobre el puente colgante, oscilante. Parado a su orilla es como si fuera un mar, con agua turbia y serpenteante. De aquí se sacan varios tipos de peces: coporo, pavón, bagre, cachama. En unos puestos a orillas de carreteras que encontramos de regreso se pudo comprar coporo y una cachama ancha y carnuíta. Yasin preparó la parrilla y comimos los pescados con carne y chorizos. Una buena cena, pesada para la hora -12 de la noche- pero eficiente para agarrar el sueño.
Por lo general, entre nosotros, las salidas no se ciñen estrictamente a lo que indica el reloj. Habíamos pactado salir de San Felipe a las 10 de la mañana: en verdad traspusimos los límites a las 11 y media. Ismerda tuvo tiempo para ser bastante precisa y diligente con el equipaje, ubicando unos pantalones que yo tenía tiempo no veía, surciendo por aquí, reponiendo un botón allá... prefirió un Hasta luego de emoción contenida y marcharse antes que llegara Jorge a buscarme. Se llevó a Radi y llegado el momento Cherry me ayudó a cargar las cosas.
Se confirmó lo que había anunciado Anny: la pequeña Arantxa, de 2 añitos, iba con niosotros en el viaje. Buscamos unas cosas de última hora, y arrancamos. Por la vía todo fue la cháchara trivial, y comer y beber. Hasta que llegamos a Caseteja, donde despertamos de las fantasías. Un fiscal de tránsito paró el camión, dijo algunas cosas a Jorge y éste llegó a nosotros con gran ira: el uniformado le dijo que este camión lo había pasado imprudentemente en la autopista... nosotros no vimos ninguna moto ni a ese funcinario por la via, pero igualmente estaba pidiendo a Jorge 180 bolivares para dejarlo circular. La consabida matraca. El hombre recibió lo 100 bolivares que decidio Jorge entregarle, y en gesto de indiferencia devolvió la cédula y se guardó el billete en el bolsillo. Ya tenía detenido tambien a un autobusero.

La imagen de este fiscal no se me quitó de la cabeza, pensando que algo hay que hacer para que estos funcionarios, quienes deberían atender al ciudadano, no atenten en su contra. De eso estuvimos conversando buena parte del trayecto, y para mejorar el ambiente Anny abrio una hallaca y sirvio refresco. Al llegar a un puesto de control en el estado Portuguesa, otro funcionario detuvo al camión, pero de una manera más sumisa preguntó ¿tienes alguito pa los frescos?
Llegamos a las tres de la tarde a ciudad de Barinas. Surtimos de gasolina y nos dirigimos a la Calamuca, donde vive Yasín, hermano de Jorge. Es una casa en construcción, de dos habitaciones con un porche amplio que sirve de cocina. Como patio tiene una gran extensin de terreno, como una pequeña finca. Más me sorprendió la cantidad de muchachitos, no los conté al momento, pero me pereció que eran muchos. Corriendo por todos lados, abrazando a su tio Jorge, halando a Arantxa del bracito: eran muchos. Yo en casa tengo apenas dos muchachos, y cuando causan alboroto son insoportables: hay que imaginar cómo se las verá Yasín. Muy gentil fue Milagros, su compañera y madre de esa gran camada.
De una vez nos fuimos al Paguey, un rio generoso en aguas que dista de La Calamuca como veinte minutos. Ancho y caudaloso, pasamos sobre el puente colgante, oscilante. Parado a su orilla es como si fuera un mar, con agua turbia y serpenteante. De aquí se sacan varios tipos de peces: coporo, pavón, bagre, cachama. En unos puestos a orillas de carreteras que encontramos de regreso se pudo comprar coporo y una cachama ancha y carnuíta. Yasin preparó la parrilla y comimos los pescados con carne y chorizos. Una buena cena, pesada para la hora -12 de la noche- pero eficiente para agarrar el sueño.
Mi apreciado y gran amigo rada estoy siguiendo dia a dia su recorrido y ya quiero tenerlo de acompañante en una proxima aventura para que sea usted quien cuente con pelos y señales todo lo que ocurre, pienso usted dira que la proxima aventura podria ser la casa de Faustino Oramas, la tia del gran Benny More o la plaza donde iba con fecuencia Miguelito Cuni y pare de contar y otra travesia ir a la Feria de Cali que es en esta fecha exactamente, bueno lo dejo en su recorrido, saludos. Jose Luis Morillo
ResponderEliminarLa familia crece y uno ni cuenta se da, creia que tenia 4 sobrinos (as) en barinas, pero con tus relatos como que son muchos más que bárvaro mi hermano Yassín, abrá que regalarle un televisor.
ResponderEliminarjajajajaja que buen comentario jerson, lleno de mucha suspicacia, deberia ud ser escritor
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