Ya veo que cada viaje es un desbarajuste de las costumbres. Contrario a lo que indica la imagen, me estoy cuidando este fin de semana de no libar mi bien apetecida cerveza con los amigos, hasta obvié una invitación a mi querido pueblo de Farriar, todo con tal de estar en plenitud de facultades al momento de la partida. La foto es de mediados de año, cuando compartía unas esplendorosas Light con Cesar Tovar y Samuel Lopez, donde el finado Dámaso. Es que el ratón que me amanece al día siguiente es sobredimensionado: me dura hasta tres días. Entonces, este fin de semana estoy obligado a la total sobriedad. Además, se me está haciendo la exigencia de llevar los muchachos a un parque, de esos con piscinas y toboganes, y sé que es la condena por atreverme a irme porai tantos días, lejos del nicho hogareño.
La esposa de Simplicio ya parió, aún así él ha confirmado que se incorporará a la ruta el martes. Bastante audaz este Simplicio, a mí no me hubieran dado tantas consideraciones luego del advenimiento de un nuevo hijo, creo, pero así somos los aventureros. Hoy compraré algunos víveres con Any, la esposa de Jorge. Pude haberlo hecho solo, pero no estoy muy seguro respecto a los gustos alimenticios de la mujeres. A Ismerda, por ejemplo, no le agrada que en casa haya harina de Mercal: tiene que ser de marca Pan, sino, no hay arepas. Así con el queso fundido, que tiene que ser Rikesa, la leche tiene que ser Larga Duración, y el queso no tiene que ser simplemente amarillo, tiene que ser "lo Frailes"... prefiero que la única dama que nos acompañará defina lo que se va a comprar. Que no será tanto porque mientras vayamos por la vía no vamos a pararnos a preparar comidas, tenemos que detenernos en restaurantes, tal vez en Barinas si es por el sur o San Juan de los Morros si es por el centro, porque donde deberemos encender el reverbero será en Santa Elena y en algún campamento del parque Canaima, y por allá hay abastos.
Hasta la acostumbrada caraota con pasta será desplazada hoy por este platillo con pollo al horno, ensalada del mismo ave, pan de jamón casero, torta, y las hallacas de Mari Graterol, que esas no las pude hacer, pero me esmeré en complacer a los míos con esta delicates, a así tener los puntos bien altos cuando me toque despedirme.

Hasta ahora tenemos los mapas viales, carpa, cocina, los vacíos -no se olvidan fácilmente-, el camión a tono... faltará una reunión definitoria en estos días, y partir.
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